Revocación, prioridad y cortina

El presidente diseñó su golpe final impulsando la consulta de revocación de mandato con el subsecuente recorte presupuestal para financiarlo, de no ser así Morena no lo hubiera eliminado, para ahondar su ofensiva

El país es víctima de la inseguridad, los homicidios dolosos superan los 108 mil en lo que va de este gobierno; la pandemia, las muertes tocan las trecientas mil, sin contar el exceso de mortalidad que llevaría al medio millón; la escasez de medicinas que por su apuesta pone en riesgo que López Obrador se siga llamando Andrés Manuel; la crisis económica, con una inflación no vista en los últimos veinte años; la migración, fuera de control y en crecientes niveles críticos; la polarización de la sociedad, exacerbada desde el púlpito mañanero y el conflicto como modo de gobierno, problemas reales que no están en la agenda presidencial centrada en sus prioridades físicas: aeropuerto Felipe Ángeles, refinería de Dos Bocas, Tren Maya, sus programas sociales, que no han impedido el aumento de la pobreza y la revolución de las conciencias como objetivo superior.

Por eso el presidente no está en estos temas a los que solo alude en las crestas de sus crisis, para luego volver a lo suyo: la sucesión.

Hoy, en este escenario, su prioridad es la consulta de revocación de mandato, acometida contra el INE que lanzó desde el inicio de su gobierno para llegar a las elecciones del 24 con un instituto debilitado u otro sumiso, que facilite la prolongación del proyecto presidencial.

El presidente diseñó su golpe final impulsando la consulta de revocación de mandato con el subsecuente recorte presupuestal para financiarlo, de no ser así Morena no lo hubiera eliminado, para ahondar su ofensiva.

Por eso la arremetida contra el INE, mientras los problemas que matan y acorralan a los mexicanos, son cubiertos por esa cortina de ejercicios de democracia participativa.