PENSAR ANTES DE HABLAR

El presidente de México cada día sorprende con sus comentarios y su falta de sensibilidad.

Algo que siempre comento es que escuchar las conferencias de Obrador es como una caja de sorpresas, ya que jamás sabes con que novedad saldrá, pero en verdad hasta el momento de escribir estas líneas, no lograba salir de mi estupor, al recordar las palabras del presidente López Obrador, al afirmar que la pandemia “nos vino como anillo al dedo”. ¿Enserio?

No indagaré sobre el comentario desde la perspectiva económica, ya que no soy experto en el tema, además los daños económicos generados por esta pandemia son de afectación mundial, los cuales tarde o temprano vamos a resentir.

Pero, por otra parte, lo que me impresiona y cuestiono de manera tajante es la forma en la que no mide sus palabras, porque desde el punto de vista humano, no se pone en el lugar de las familias y de los enfermos, quienes están sufriendo los estragos de esta pandemia.

No pude evitar recordar ante esta afirmación, por demás insensible, a dos personajes de la historia mundial, que llevaron al mundo a un punto crítico. El primero, Hitler, quien empujó al mundo y sobre todo al pueblo judío a una de las mayores masacres que se tenga memoria, la Segunda Guerra Mundial.

Por su parte, Stalin, quien llevó al cabo la “Gran Purga”, como se le conoce a ese episodio sombrío de la historia de la Unión Soviética. Me quiero referir a Stalin, no porque sea más o menos importante que Hitler, si no que fue él, el mayor genocida contra su propio pueblo.

La “Gran Purga” como se le conoce, fue entre los años 1930 y 1939, en donde la policía secreta, del régimen comunista, persiguió y condenó a millones de personas que se oponían al Gobierno, la cúspide de dicho acontecimiento fue entre los años 1937 y 1938, donde murieron más de 350,000 cada año.

Es aquí, donde al recordar estos acontecimientos viene a mi mente, el tratar de entender, que le cruzaba por la cabeza a López Obrador.

-¿Los muertos por Coronavirus, son daños colaterales a la cuarta transformación?
-¿Las víctimas de la enfermedad son enemigos del régimen que nos Gobierna?
-¿Saldremos fortalecidos, porque al haber muertos, seremos menos y nos tocara a más?
-¿Los contagiados, son neoliberales y no merecen la compasión ni la atención medica?
-¿El pueblo bueno y sabio que nos apoya no se contagia?

Tratar de comprender o entender lo que pensó es imposible para una persona normal con inteligencia y sensatez.

Juzgar en este momento el alcance de la pandemia, es demasiado anticipado, mejor dejemos que el tiempo y la historia ponga las cosas en el lugar que le corresponde. En su momento veremos quien se equivocó.


LIC. FELIPE GUILLERMO C