OPINIÓN / ¿HASTA CUÁNDO?

Una serie de tropiezos han causado que Mauricio Vila baje en su aceptación y que los yucatecos duden de su capacidad.


La actual administración estatal del Estado de Yucatán ha estado marcada por buenas y malas decisiones, pero desafortunadamente han sido más las malas, ya que se han presentado una serie de tropiezos que han puesto en duda las capacidades de las autoridades para manejar un Estado cada vez más demandante.

La gestión de Mauricio Vila comenzó con grandes expectativas, primero al ratificar a dos importantes secretarios de la gestión pasada, Luis Felipe Saidén y Ernesto Herrera, quien ha logrado importantes avances en promoción y atracción de inversión.

Pero, por otra parte, ha fallado en la toma de decisiones, las cuales, no me queda la menor duda, son por los pésimos consejos que recibe de su muy exclusivo club de “asesores”, ya que siempre ha reflejado una total dependencia a ellos, porque carece de la más elemental capacidad y seguridad para tomarlas por él mismo.

Una terrible decisión fue el cierre de casi 2,000 plazas de empleados al servicio del Gobierno del Estado, por un llamado a la austeridad, ya que al parecer desea quedar bien ante los ojos de López Obrador, quien pregona la misma doctrina, la cual hasta el momento ha resultado contradictoria.

Sinceramente todavía no entiendo a que le está apostando el gobernador, porque al parecer es más importante seguir una línea impuesta por el presidente sin importar que los yucatecos se vean afectados.

Muchas de las personas despedidas quedarán al aire sin importar la cantidad de nuevas empresas e inversiones se lleven al cabo, porque es una realidad que la capacidad de los burócratas no es de las más altas, de modo que gran parte de estos entrarán a la informalidad lo que se vuelve un círculo vicioso en la economía.

Lo que tenemos muy claro es que tenemos un Gobernador, con una total falta de sensibilidad política y que, para el logro de sus objetivos, y fines que desea alcanzar, poco le importa pasar por encima de los yucatecos, que finalmente, él no lo es.

#ELTLATOATI