Nueva sede de la Cineteca Nacional en Chapultepec se abocará al arte y la enseñanza
Es una de las transformaciones más simbólicas del bosque, estima la secretaria de Cultura federal
Ubicada en el extremo oeste, la cuarta sección del Bosque de Chapultepec tiene forma de ojo. En agosto allí se inaugurará la nueva Cineteca Nacional. Habrá un teatro al aire libre con una pantalla de manufactura coreana de la mejor tecnología y extraordinaria vivacidad, color y claridad, incluso a pleno día. Además, se contará con ocho salas de proyección con capacidad para 2 mil 160 espectadores en total.
Durante un recorrido por la zona, la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto, explicó a La Jornada que el sitio fue parte de la industria militar, donde hubo una fábrica de pólvora en el siglo XIX y ahora el espacio se destinará al arte y la enseñanza.
Una hermosa cruz, construida por los trabajadores del recinto, destaca sobre el alargado pasillo que es la columna vertebral del edificio con muros recubiertos de madera. Cruzando por las alturas se entra a las salas enfiladas a los lados. En la parte baja se ven espacios abiertos. El olor a leñame se dispersa por el bodegón dividido en dos plantas, mientras se trabaja a marchas forzadas para culminar uno de los espacios más prometedores.
“Como Los Pinos, ésta es una de las transformaciones más simbólicas del bosque”, comentó Frausto. El área donde se blindaban tanques y se artillaban vehículos se retomó para ser la sede de la Cineteca Nacional Chapultepec. De manera complementaria a las salas se dispondrá de terrazas, un restaurante, una cafetería, dulcería, librería, videoteca y el estacionamiento. Además, uno de los accesos se conectará a una estación de Cablebús.
La cuarta sección se compone de 100 hectáreas que se recuperaron gracias a la colaboración de la Defensa Nacional: “es un proyecto que trazamos juntos. Aunque también intervinieron las secretarías de Obras y la de Medio Ambiente de la Ciudad de México”.
Esa zona tenía un destino inmobiliario y estaba en la mira para convertirla en una nueva Santa Fe. No fue así; en su lugar, se abrirán centros para formar nuevas generaciones en disciplinas artísticas, reitera la funcionaria.
Dos grandes arcotechos recibirán a la nueva sede para la enseñanza de técnicas y oficios del cine. La escuela ofrecerá estudios modulares de un año para convertirse en sonidista, guionista y otros oficios. La institución de enseñanza El Arsenal estará dedicada a la conservación y las bellas artes.
Con estas dos escuelas se ampliará la matrícula; por ejemplo, en el Centro de Capacitación Cinematográfica, si hacen solicitud de ingreso 500, entran únicamente 16. Aquí tendremos 350. En El Arsenal, vinculado con La Esmeralda y otras escuelas de arte, vamos a tener otros 300 lugares.
Al supervisar el avance de las obras y preguntar por el autor del trabajo artesanal de la cruz en honor al día de la construcción, Frausto se alegra al ver las nuevas butacas todavía por desempacar y a punto de ser colocadas en la última sala. En la primera puerta, al ingresar se apagan las luces y es posible conocer el trabajo de audio de un equipo bien calibrado, el funcionamiento de la proyección de la pantalla y el aislado del sonido exterior.
En esta naciente cuarta sección también emerge un imponente y nuevo proyecto arquitectónico: la Bodega Nacional de Arte, adonde se transportará y resguardará el acervo del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal) en 5.2 hectáreas.
“Los museos siempre están rebasados en su posibilidad de preservar y conservar el arte de su colecciones”. Cuenta que la idea nació en la bodega del Museo Tamayo, donde desde su propia experiencia saben que es difícil impulsar el crecimiento de la colección por el poco espacio que se cuenta para almacenar.
En la antigua fábrica de cartuchos, las naves industriales y las salas cuentan con un cerebro propio para proporcionar condiciones específicas de conservación, como iluminación, humedad y temperatura, según las necesidades del formato a resguardar, ya sean pinturas, obras en papel, madera o esculturas. Las salas tienen un sistema contra ignición por dentro y por fuera para evitar la propagación del fuego.
Las instalaciones del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam), ubicadas actualmente en el Centro Histórico, aumentarán de esta manera su capacidad de almacenamiento y conservación. Se tiene previsto mudar unas 65 mil obras, así como los talleres de restauración. Asimismo, recibirá visitantes para que conozcan el trabajo de los restauradores en un museo de sitio y una galería, y también se podrá alquilar espacio para colecciones privadas de otras instituciones.
“Eso nos ayuda a generar interés en el estudio artístico y de restauración, vocaciones que no tienen necesariamente ese acercamiento con el arte. Imagínense tener toda esta población y jóvenes que puedan acceder a esta riqueza artística”, concluyó la funcionaria.