LEYENDAS POPULARES DE CAMPECHE QUE RESALTAN EN EL DÍA DE MUERTOS
El Día de Muertos es una festividad clave en México, y en Campeche, esta celebración se ve enriquecida por leyendas que han perdurado a lo largo de los años. Historias como la de Kinich Ahau, el dios maya del sol que visitaba la ciudad en forma de guacamaya, destacan la profunda relación de los antiguos habitantes con la naturaleza y las deidades, reflejando su creencia en que los seres divinos influían directamente en la prosperidad y bienestar de las comunidades.
Otra leyenda importante es la del Callejón del Pirata, que narra la historia de Román, un pirata arrepentido que intentó robar en el templo de San Román pero terminó donando sus tesoros tras una epifanía religiosa. Este relato se ha convertido en un símbolo de redención en la ciudad, manteniendo vivo el legado histórico de la lucha entre los pobladores y los piratas que asolaban la región.
El folclore local también incluye leyendas más tenebrosas, como la del Caballero Galante, un toro que se transformaba en un caballero para engañar a las mujeres, y el Chivo Brujo, una criatura demoníaca con cuerpo humano y cabeza de chivo que sembraba el terror entre los habitantes de Campeche. Aunque se descubrió que el Chivo era un simple traficante disfrazado, la leyenda sigue siendo contada con temor y respeto.
La historia de la Esquina del Perro es un homenaje a la lealtad y el sacrificio. Labrador, un valiente perro que murió defendiendo a una joven, es recordado con una estatua en el barrio de San Francisco. Su heroísmo dejó una huella imborrable en la cultura popular de la región, sirviendo como símbolo de protección y valentía.
Finalmente, la leyenda de la Xtabay es una advertencia sobre los peligros de la tentación. Esta hermosa mujer que atrae a los hombres para llevarlos a su perdición, es una de las leyendas más conocidas de la península, y sigue viva en la memoria de los campechanos, especialmente durante las festividades del Día de Muertos. Estas historias mantienen viva la rica tradición oral de Campeche y son un recordatorio de la conexión entre lo terrenal y lo espiritual.