LA ONU PONE EL FOCO EN LA SITUACIÓN DE LA GRANJA PORCÍCOLA DE KEKÉN EN SANTA MARÍA CHI


La Oficina de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) México realizó una visita a Santa María Chi, en Mérida, para evaluar las condiciones de contaminación ambiental causadas por la granja porcícola de Kekén, operada por el grupo San Gerardo. Esta granja ha sido el foco de controversias durante más de 18 meses, con los pobladores de la comisaría luchando contra la contaminación que afecta su salud y el entorno. Durante su estancia, los representantes de la ONU escucharon directamente de los habitantes las dificultades que han enfrentado debido a la operación de la granja, que ha funcionado sin mayores restricciones durante varias décadas.

A pesar de los esfuerzos de los pobladores, como el amparo que impide el acceso de los camiones por una parte de la comisaría, la granja sigue operando. Los camiones de la granja continúan atravesando la localidad para acceder a la báscula ubicada en el portón, evidenciando que la lucha contra la contaminación no ha sido suficiente para frenar la actividad de la granja. Los residentes se han organizado en un campamento para exigir el cierre de la granja y el cese de sus prácticas contaminantes, un conflicto que se ha prolongado por más de un año y medio.

La visita de los representantes de la ONU, aunque de carácter privado, es vista como un paso crucial en la lucha de los pobladores. El encuentro, que duró poco más de dos horas, fue un espacio donde se discutieron las acciones y consecuencias de la operación de la granja y el impacto que tiene en la comunidad. A pesar de la discreción de los visitantes, la presencia de la ONU ha dado a los habitantes de Santa María Chi una sensación renovada de esperanza. Ahora cuentan con un respaldo internacional que podría dar visibilidad a su causa, ayudando a que el problema sea conocido a nivel mundial.

Este apoyo de la ONU es esencial, ya que la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) tiene como prioridad abordar violaciones graves de los derechos humanos, especialmente aquellas que amenazan la vida y la salud de las personas. En el caso de Santa María Chi, la contaminación proveniente de la granja porcícola representa una violación clara de los derechos ambientales y de salud de la población local, lo que ha llevado a la intervención de la ONU.

Además, el trabajo de la ONU en estos casos incluye el uso de mecanismos internacionales para supervisar y exigir la rendición de cuentas en situaciones de violaciones a los derechos humanos. A través de sus procedimientos, la ONU promueve la responsabilidad de las partes involucradas y combate la impunidad. Las investigaciones de la ONU en Santa María Chi pueden ser clave para garantizar que la comunidad reciba justicia y que las autoridades tomen medidas para frenar los daños que esta granja continúa provocando.