EL PAÍS Y LAS MUJERES EN EL OLVIDO

Nuestro México se convierte día con día en un país feminicida, las mujeres desaparecemos y los muros pintados con el nombre de YSQ permanecen. Qué ironía

Debanhi Susana Escobar, a quien conocimos todos hace 12 días a raíz de su desaparición en la carretera a Laredo, en el estado de Nuevo León, se nos coló entre los huesos. Con la fotografía que circuló desde el 9 de abril, nos fusionamos con la soledad y lo endeble de su cuerpo de pie a la orilla de la carretera.

Estaba de pie, con sus Converse hasta el tobillo, su falda larga que volaba por el viento de la noche o por los coches o tráilers que pasan por la zona, Sola con su bolsa negra, su blusa blanca y el frío.

Los matorrales y la oscuridad al fondo, así es la salida a Laredo: fea, solitaria, llena de moteles, restaurantes, bodegas, zonas de tráilers, camioneros y peligrosa.


Ella en valiente, fue y se paró allí a esperar un taxi para que la regresara a casa. Todo lo que se dice alrededor, que si la pelea, que si las amigas, que si la fiesta, queda fuera de nuestro alcance porque lo único que quedó de su rastro fue su intrepidez de subirse a esas horas con un chofer desconocido.

El dolor es de todas, porque nos reflejamos en ella en las múltiples ocasiones en que nos hemos quedado solas, de día y de noche.

Hoy ha aumentado el número de 10 a 11 mujeres que son asesinadas en nuestro país diariamente. Estamos ante una crisis que amerita la atención de todos los niveles de autoridades estatales y federales.

La imagen que hoy público en este espacio, es un cuadro extraído de los videos que han circulado en distintos medios desde la noche del jueves en donde se realizaba la búsqueda de Debanhi en una cisterna del Motel Nueva Castilla.

Lamentablemente, hasta en escenas como estas, vemos la publicidad intransigente del presidente por “seguir” cuando ni siquiera ha terminado su periodo y cuando no ha podido hacerse cargo del país entero.
La muerte de Debanhi es la representación de la inoperante capacidad de una Fiscalía como la de Nuevo León y la de muchos estados que no han podido rescatar a las mujeres con vida y ni siquiera encontrarlas.

Allí los forenses en trajes blancos, las lámparas, los cordones amarillos y los 12 días acuestas de ya haber estado allí y no haber encontrado nada, la evidencia de que quien dirige acciones de investigación no sabía lo que hacía.

Es como una toma aérea de lo que sucede en nuestro país en materia de liderazgo, el interior del Motel son todos los estados olvidados y aislados del centro, desprotegidos y a la intemperie.

Mientras que afuera, el nombre del presidente señala hacia el lado contrario, dándole la espalda al país entero.

Una pared pintada con las iniciales de Andrés Manuel López Obrador, evidenciando que lo que sigue es la inseguridad, la inexperiencia y la incapacidad nacional de ofrecer seguridad a las mujeres de día y de noche.

El país y las mujeres, en el olvido.

Nuestro México se convierte día con día en un país feminicida, las mujeres desaparecemos y los muros pintados con el nombre de YSQ permanecen. Qué ironía.

Debanhi representa a todas, todas nos reflejamos en Debanhi. Todas salimos con la valentía a la calle a hacer nuestra vida, pero en nuestro interior tememos quedarnos solas y no volver a casa.

Ni una más.