Cancún enfrenta retos ambientales a 14 años del paso del huracán “Wilma“

Se cumplen 14 años del paso del huracán “Wilma” por las costas del Caribe Mexicano.

El 21 de octubre de 2005, “Wilma” tocó tierra en la península de Yucatán como un poderoso huracán de categoría 4, con vientos máximos sostenidos de 250 km/h.

El ojo del huracán pasó primero sobre la isla de Cozumel, antes de tener contacto con tierra firme cerca de Playa del Carmen, Quintana Roo.

Los daños en Cozumel fueron devastadores, así como para toda la parte norte del estado.

El ojo se movió lentamente hacia el norte, pasando justo al Este-Noreste de Cancún.

Diversas zonas de la península de Yucatán tuvieron vientos huracanados por cerca de 70 horas consecutivas, porque un frente frío no permitía que “Wilma” avanzara, por lo tanto, el huracán permaneció “estacionario” sobre Cancún, causando gran destrucción, sobre todo en la zona hotelera.

El ciclón se desplazaba a una velocidad de 6 km/h, lo que prolongó el tiempo de este huracán sobre Cancún; “Wilma” comenzó a acelerar en las primeras horas del 23 de octubre, abandonó la península por su extremo noreste y se internó en el golfo de México como un huracán de categoría 2.

Al cumplirse este fin de semana 14 años del paso del meteoro, Quintana Roo cuenta con mil 109 hoteles y 105 mil 085 habitaciones y más de 16 mil cuartos, en construcción, según reportes oficiales de la Secretaría estatal de Turismo.

El reto del gobierno del estado es favorecer actividades económicas diversificadas de bajo impacto ambiental, fortaleciendo el tejido social que se desarrolla en las diferentes regiones del estado, reconoce el propio mandatario, Carlos Joaquín González

“En el Estado de Quintana Roo reconocemos que la principal pieza para lograr la satisfacción del turista que nos visita y nos permite mantenernos en altos estándares de excelencia, es el trabajador turístico y gracias a su esfuerzo constante logramos alta calidad y retorno del visitante”, expresa.

Durante una entrevista que concedió durante un encuentro de biólogos celebrado hace unos días en la Universidad del Caribe (Unicaribe), de Cancún, Ana Lorena Gudiño Valdez, asesora nacional del proyecto “Adaptur” de la Agencia Alemana de Cooperación para el Desarrollo (GIZ), consideró que es necesario que el sector turístico identifique el riesgo y la vulnerabilidad del negocio respecto a los impactos de la naturaleza, como es el caso de los fenómenos meteorológicos.

Admitió que no es fácil sensibilizar al sector empresarial, mucho menos para financiar y desarrollar medidas de mitigación; pero que poco a poco hay mayor conciencia o por lo menos ya conocen del tema.

“Los empresarios ya hablan de cambio climático y de adaptación. Hay muchos que ya se dieron cuenta que hay que cambiar el modelo de turismo, porque si no ya no es sustentable ni sostenible”, manifestó.

En ese sentido, el presidente de la Asociación de hoteles de Cancún, Puerto Morelos e isla Mujeres, Roberto Cintrón Gómez, admite que en materia de medio ambiente, la naturaleza ya dio diferentes mensajes como el recale de cientos de toneladas de sargazo a costas de Quintana Roo, la situación del arrecife y ahora la amenaza de construir un mega complejo de más de 3 mil cuartos en la ya de por si saturada zona hotelera.

Cintrón Gómez admitió que los servicios están colapsados y rebasados en la Zona Hotelera, al menos en cuanto al drenaje, pues cuando cae cualquier pequeña lluvia, se desbordan las aguas negras de las coladeras.

“Por eso nos preocupa el tema del sargazo, cómo lo vamos enfrentar, el cuidado de la barrera arrecifal y ahora lo que pase con la zona hotelera”, expresó.

Apenas esta semana se anunció que con el visto bueno del presidente Andrés Manuel López Obrador, se desarrollará el proyecto Grand Island, un mega complejo hotelero en el que se invertirían más de mil millones de dólares y que en el 2022 abriría sus puertas una primera fase y la segunda en el 2024.