AMLO evita saludar a Norma Piña mientras Sheinbaum muestra un gesto diplomático

Durante la toma de posesión de Claudia Sheinbaum como presidenta de México, la Cámara de Diputados fue testigo de un ambiente cargado de tensión política. En medio de gritos y ovaciones de los legisladores de Morena, el, hasta aún entonces, presidente saliente Andrés Manuel López Obrador entró al salón de sesiones y saludó a sus aliados con gestos cálidos. Sin embargo, la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña, quedó en una situación incómoda al no recibir ningún saludo por parte del mandatario, quien evitó cualquier interacción con ella.

El evento marcó una clara división entre los presentes, especialmente cuando los legisladores del Partido Acción Nacional (PAN) se acercaron a Piña para brindarle apoyo. La ausencia de cordialidad entre López Obrador y la ministra fue evidente cuando, a pesar de que ella se levantó al ver al presidente llegar a la Mesa Directiva, él continuó ignorando su presencia.

Por otro lado, Claudia Sheinbaum, la presidenta electa que estaba a unos minutos de asumir el cargo federal, recibió una calurosa bienvenida. Al entrar al salón de sesiones, fue recibida con aplausos, abrazos y selfies por parte de sus seguidores. Sin embargo, en un gesto diplomático, Sheinbaum se acercó a saludar brevemente a Norma Piña, un gesto que destacó en contraste con la actitud de López Obrador.

Este evento simboliza no solo el cambio de poder en México, sino también la tensa relación entre el Poder Ejecutivo y el Judicial. La falta de un saludo entre López Obrador y Piña reflejó las tensiones acumuladas durante su mandato, mientras que Sheinbaum, al estrechar la mano de la ministra, buscó marcar un tono diferente en su gobierno, aunque fuera un gesto simbólico.

A pesar de la brevedad de los momentos entre las figuras públicas, las dinámicas internas durante la ceremonia dejaron claro que los desafíos para la próxima administración no solo serán de carácter político, sino también institucional. La relación entre los poderes en México se encuentra en un punto delicado, y este tipo de interacciones dejan entrever las posibles complicaciones a futuro.